jueves, 16 de septiembre de 2010

Nueva ida de olla.

Resulta que al Gobierno francés se le ha dado por empezar a deportar a mansalva a inmigrantes rumanos y búlgaros en situación ilegal; para colmo de males, las órdenes de expulsión dan prioridad a rumanos y búlgaros de etnia gitana. Ello ha dado lugar a un rifirrafe entre la Comisión Europea y Francia; es más, aquélla amenaza a ésta con llevarla al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
El caso es que la luxemburguesa Viviane Reding, Comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía de la Unión Europea, ha tenido la idea de comparar implícitamente las deportaciones masivas de gitanos por parte de Francia nada más y nada menos que con las deportaciones de las víctimas del Tercer Reich a los campos de exterminio nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El portugués José Manuel Durão Barroso, Presidente de la Comisión Europea, y quien recientemente emitió una fuerte condena contra el antisemitismo, no ha tardado en sumarse a las críticas de Reding, si bien dejó caer que su analogía no era quizás la más acertada. Angela Merkel, François Fillon y Silvio Berlusconi también han criticado las palabras de Reding, obligándola a retractarse.
Pero eso no es todo. Resulta que Fidel Castro, quien parece no aclararse sobre la maltrecha y abusiva naturaleza de su propia política nacional, ha comparado las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros por parte francesa con el Holocausto.
Tócate los cojones. Veamos, uno puede entender, e incluso compartir, que se critique a las autoridades galas por hacerles a los gitanos lo que les están haciendo, por el mero hecho de ser gitanos; pero con todo el respeto del mundo, hay una gran diferencia entre deportar a la gente a su país de origen dándole dinero, que enviar a millones de personas a un destino que sólo ofrece la retención forzosa, la esclavitud y el exterminio.
Semejante analogía denota una ignorancia histórica de proporciones superlativas, que contribuye, especialmente cuando la realizan una Comisaria europea y un dictador protegido por la corrección política y al menos una parte de la izquierda europea, a relativizar el sufrimiento de las víctimas del nacionalsocialismo; lo que no podría ocurrir en peor momento, habida cuenta del antisemitismo que está carcomiendo a la Vieja Europa desde hace años.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Otra vez la misma táctica.

El domingo 2 de mayo de 2004, los miembros del Likud, el principal partido de la coalición gubernamental israelí, se dirigían a las urnas para tomar una importante decisión: votar en referéndum a favor o en contra del plan de evacuación de los colonos y los soldados israelíes de la Franja de Gaza, formulado por el Primer Ministro israelí de entonces, Ariel Sharon.
Aquel día, Tali Hatuel, de 34 años, se dirigía en coche a una protesta en Israel en contra del plan de evacuación. Llevaba consigo a sus hijas Hila (11 años), Hadar (9 años), Roni (7 años) y Merav (2 años). El padre de las niñas y marido de Tali era David Hatuel, quien en aquel momento estaba en Israel. La familia residía en el bloque de asentamientos de Gush Katif. Tali estaba embarazada de siete meses (esperaba un niño).
Mientras tanto, dos terroristas palestinos, armados con fusiles de asalto Kalashnikov y provenientes de Khan Yunis, una ciudad gazadí, se habían apostado junto a la carretera de Kissufim, por la que circulaba Tali con sus hijas. Ambos terroristas empezaron a disparar contra vehículos que precedían al de los Hatuel, mientras al menos un tercer terrorista disparaba contra un puesto militar israelí cercano, presumiblemente en orden de distraer a los soldados. Como resultado de todo ello, un civil y dos militares resultaron heridos.
Finalmente, los dos terroristas apostados junto a la carretera vieron pasar el coche en el que viajaban las Hatuel. El vehículo fue tiroteado y acabó saliéndose de la carretera. Los dos individuos se acercaron al coche y dispararon sobre él durante un minuto; Tali, el niño que esperaba y sus hijas perecieron en el ataque. Entonces llegaron soldados israelíes que dispararon y mataron a los dos terroristas.
Al poco tiempo, los Comités Populares de Resistencia y la Yihad Islámica se adjudicaron el crimen. La razón oficial era vengar a Sheikh Ahmed Ismail Hassan Yassin y a Abdel Aziz Abdulmajid al-Rantissi, máximos responsables del grupo terrorista Hamas, quienes habían sido liquidados por Israel en las semanas precedentes en sendos ataques con helicópteros. Pero la razón real era otra: se trataba de un plan para frustrar el arriba mencionado plan de evacuación propuesto por Ariel Sharon. Este plan era un paso más hacia la paz entre israelíes y palestinos, algo no muy del agrado de los perpetradores del ataque, quienes básicamente vivían (y viven) de la violencia.
Los terroristas consiguieron, al menos provisionalmente, lo propuesto. La noticia del atentado contra las Hatuel (una mujer embarazada y cuatro niñas indefensas asesinadas a tiros) propició la derrota del plan de Sharon, debido a la solidaridad que ello despertó para con los colonos de la Franja de Gaza. Cuando al año siguiente Israel se decidía a evacuar por la fuerza a los colonos, quienes desaprovaban el plan recordaron lo ocurrido con la familia Hatuel el año anterior. Entre las consignas dirigidas a la policía, se leía: "¿Te ves a ti mismo entrando en Katif, usando hachas para entrar en el hogar de David Hatuel, cuyas mujer embarazada y cuatro hijas fueron asesinadas por terroristas, esposándolo, quitando las fotos de sus hijas de la pared, y entonces siendo capaz de dormir por la noche?" Se usaron así mismo fotografías de la familia Hatuel.
Pero esta vez, se terminó por evacuar a los colonos y a los soldados de la Franja de Gaza y del norte de Cisjordania.
Hoy, miércoles 1 de septiembre de 2010, empiezan las negociaciones entre israelíes y palestinos en Washington, la capital estadounidense, bajo los auspicios de Barack Obama. Y ayer, martes 31 de agosto, cuatro colonos residentes en Cisjordania han sido tiroteados por terroristas palestinos. Hamas se ha hecho responsable del atentado, que costó la vida a las siguientes cuatro personas: Yitzhak Ames (47 años), Tali Ames (45 años), Kochava Ben-Chaim (37 años) y Avishai Schindler (24 años), residentes en el asentamiento de Beit Hagai, ubicado en las colinas que hay al sur de Hebrón. Los primeros eran pareja y tenían seis hijos, incluyendo uno de un año y medio, y hacía seis meses que había nacido su primera nieta. Asimismo, una de las mujeres asesinadas estaba embarazada.
Y ahí tenemos a los Comités Populares de Resistencia diciendo que el ataque es un mensaje para los negociadores palestinos: "No deberían haberse embarcado en esta jugada sin el apoyo del pueblo palestino." Por si fuera poco y según Hamas, nuevos ataques están por venir.
En ambos casos (el de la familia Hatuel y el de los colonos de Hebrón) se ejecutó la misma táctica: Israel intenta dar un primer paso de cara a la paz, y extremistas palestinos tratan de caldear el ambiente tiroteando a civiles inocentes desarmados. Pero esa escoria no va a triunfar. El atentado contra la familia Hatuel no impidió la evacuación israelí de los colonos y soldados de la Franja de Gaza y del norte de Cisjordania en 2005, ni impedirá que hoy se celebre la primera de una serie de reuniones en las que Israel y la A.N.P. negociarán la paz.
Ya sólo resta recordar a las víctimas. En el caso de la víctimas de Beit Hagai es demasiado pronto, pero en el de la familia Hatuel se puede recurrir a una fotografía. Y en esta fotografía veremos, no sus cuerpos destrozados por las balas (ese es más bien el estilo palestino), sino que las veremos tal y como fueron en vida.